El placer por el café: desde los genes hasta la nutrición

Disfrutar un café en compañía o en momentos de relax es una costumbreque se extendió en todo el mundo y además, se transmite de generación en generación. Aquí en la Argentina, según datos de un estudio desarrollado por Kantar TNS para la Cámara Argentina de Café, el consumo de infusiones como café, té y yerba, tuvo un crecimiento sostenido en nuestro país entre 2014 y 2016. El último año, el 53% de los argentinos bebían café aunque sea combinado con otra infusión. Ahora bien, ¿el gusto por tomar café es un hábito adquirido, una costumbre cultural o está determinado por nuestro ADN?La Cámara Argentina de Café presentó la 7maCampaña Amo mi Café donde participaron especialistas en nutrición y genética para conocer más sobre esta milenaria bebida.

En palabras del Dr. Jorge Dotto –Médico genetista, MN 107.411 – “el café está presente en nuestros hábitos desde su descubrimiento, pero más allá de los costumbres culturales encontramos que también influye la genética en el gusto por el café”.

Café como complemento nutricional

El café es un producto natural, que proviene del árbol de cafeto. Su proceso puede variar hasta llegar a nuestra taza pero lo que no cambia son sus componentes y aspectos nutritivos. Esta bebida tan antigua contiene más de 1000 compuestos entre vitaminas, minerales, cafeína cuya conjunción da como resultado un alimento noble que puede aportar muchos beneficios para la salud.

La cafeína presente en el café estimula el sistema nervioso central y produce una sensación de bienestar pero además permite una mejora en el estado de alerta y la capacidad de concentración. El estudio de la Cámara Argentina de Café mencionado anteriormente demuestra que entre los beneficios más mencionados por los encuestados se encuentra la capacidad estimulante del café: 3 de cada 10 personas creen que el café es bueno para mantenerse despierto.

Por otra parte, el Dr. Ricardo López Santi, Cardiólogo y miembro de la Federación Argentina de Cardiología explica que existe evidencia científica que indica que el consumo regular de café ha sido asociado a un riesgo menor de presentar diabetes como también otros factores de riesgo hipertensión arterial, obesidad y depresión. “Estos efectos beneficiosos tendrían que ver no sólo con la acción de la cafeína, sino con los cientos de componentes biológicamente activos que posee el café. Estos elementos son el ácido clorogénico, el magnesio y la trigonelina que actúan reduciendo la resistencia a la insulina y la inflamación”, concluyó el especialista en cardiología.

A nivel nutricional el café es una interesante y equilibrada mezcla de componentes, especialmente compuestos fenólicos, ácidos orgánicos (de alto poder protector), cafeína, vitaminas, minerales y oligoelementos. Según la Lic. en Nutrición Andrea Rochaix, el “consumo moderado de café cubre de 18 a 20% de la ingesta diaria recomendada de vitamina B3 o Niacina (la cual sería entre 14 a 16mg)”. Esta vitamina, aparece durante el tostado del grano, actúa en el control del colesterol, en la coagulación, en la producción de hormonas, en la eliminación de sustancias tóxicas y tiene una importante función metabólica favoreciendo la obtención de energía y la utilización de grasas y azúcares. La presencia de cromo, también es importante y suma beneficios en el equilibrio de los azúcares, en la disminución de los triglicéridos y como antidepresivo.

La cantidad de Carbohidratos, proteínas y grasas en el café, es mínima, al igual que el aporte de calorías. Respecto a los carbohidratos, una pequeña cantidad de ellos, que queda luego del tostado y que no es absorbida en el intestino, llega al colon y actúa como fibra, beneficiando a las bacterias intestinales, (efecto prebiótico).

Por otra parte, el contenido de antioxidantes del café puede prevenir enfermedades.La cafeína tiene la capacidad de inhibir el efecto nocivo producido por radicales libres, convirtiéndolo en un potente antioxidante. Es por eso que el café puede colaborar en retardar el envejecimiento celular y prevenir enfermedades degenerativas. Otro componente destacado en el café es el magnesio, el cual también está presente en nueces, leche, banana, damascos, palta, legumbres y granos enteros. El magnesio colabora en mantener el sistema inmunitario sano y activar el funcionamiento de músculos y nervios.

Además, “interviene en la contracción y relajación muscular y es esencial para el funcionamiento del músculo cardíaco. La ingesta diaria recomendada es de 300-400 mg por día, y el consumo moderado de café lograría alcanzar entre un 10 y 15% de esta cantidad” concluyó la especialista en nutrición.

Genética y Costumbres

El Dr. Dotto explicó que “la composición química de la cafeína es similar al ADN humano; quizás este sea uno de los motivos por los cuales tiene tantos efectos saludables al actuar a nivel de nuestros genes”.

El experto en genética describió también, que cada persona procesa los alimentos de distinta manera y la cafeína, uno de los componentes más conocidos del café, es la principal responsable.

Existen ciertos genes y factores ambientales que influyen en el gusto por las bebidas dulces o amargas, elDr. Jorge Dotto sostuvo que “cómo tomamos el café está determinado en parte por la cultura, y en parte por la genética, ya que existen variantes en nuestros genes que intervienen en la elección de bebidas azucaradas o amargas”. En este sentido, el gen TAS2R38 es el responsable de la percepción del sabor amargo en tanto el gen TAS1R2 es el encargado de detectar el azúcar que ingerimos.

Además, el genetista comentó que una variante funcional de uno de los genes receptores del sabor amargo, TAS2R43, contribuye a las diferencias en el disfrute del café. Las personas que perciben más intensamente el sabor amargo, son a las que más les gusta el café.

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