Manaos lanzó un spot que abrió la polémica: un cuarteto de protagonistas que no convence pero que resulta tan burdo que impacta

Por Alicia Vidal 

La marca nacional de Gaseosas Manaos lanzó un nuevo spot protagonizado por Martín Palermo, Rodolfo Ranni, Juan María Traverso y Adolfo Cambiaso.

El video ya generó polémica en las redes sociales ya que son pocos quienes imaginan una botella de Manaos en la mesa de los reconocidos portagonistas del spot.

A su vez, el slogan dice «Gasesosa, bien Argentina» siendo que el nombre en verdad responde a una localidad de Brasil.

Pero, tal vez lo más «irritante» es que ubican a Cambiaso, referente del polo, deporte de «alta gama», unido a la imagen de esta gaseosa que parece transitar por un segmento más popular.

Algunos se preguntan si esto se vincula al dilema que impusieron los Wachiturros cuando aparecieron enfundados en unas Lacoste. En ese caso, era el efecto inverso, el mundo popular se «vestía» con una marca de alta gama.

La repercusión en las redes sociales es muy fuerte y reina la crítica despiadada. Todo es burdo, la actuación, la letra que recitan con falsa actuación los protagonistas. La propia elección de las figuras que no se sabe muy bien cómo combinan con la marca y a su vez cómo combinan entre sí.

Pero, igualmente, cabe preguntarse si de este modo, por el hecho de ser tan mala, esta publicidad no ha logrado tener un nivel de reconocimiento que no hubiera logrado si hubiera realizado un aviso convencional. ¿Tendrá esto efecto en las ventas? ¿Servirá de algo el «awareness» de marca que lograron en redes sociales con este spot que no convence a nadie?

¿Cabe la premisa de que es mejor que hablen y nos conozcan, aunque sea por lo malo, antes que ser ignorados?

Pero, para ampliar el debate consultamos en exclusiva al filósofo y publicista Omar Bello y se despachó a lo grande con esta opinión:

«En lo personal, ver a Cambiaso en un aviso de Manaos me genera una sensación cercana al orgasmo.

Primero, porque confirma que si hay plata cualquiera pone la cara donde sea (y esto sin desmerecer a Manaos pero no creo que abunde en la mesa de Cambiaso).

Segundo, porque deja en evidencia algo que pasa siempre en todos los avisos con celebridades pero acá se nota más: Norma Aleandro y Mercedes Morán golpean un pote de yogur diciendo huesos fuertes pero nadie se escandaliza porque es una «primera marca».

Leo Sbaraglia te vende una vitamina que le ayuda a soportar un día de actividad agitada que, a decir verdad, hoy por hoy no tiene. Mirtha Legrand te vende su joyería donde no sé que joyas deja porque todas se las roban.

Y a Moria mejor que le pregunten por los papeles de origen. Echarri es Che Guevara K pero juega al padre que te aconseja pañales, y la Kloosterboer te dice que ya no va más a la peluquería porque usa un producto de Pantene.

Ni hablar de Maru y sus fideos, y Soledad Silveyra todavía se acuerda del primer día que descubrió «Cicatricure».

Sintetizando, brindo por Cambiaso que se vendió como los demás pero al menos se animó a hacerlo con un producto que, seguro, le generará cargada de parte de sus amigos.

Hace poco comenté que Doris Day, que había sido estafada por su marido y no tenía un peso, rechazó un millón de dólares en los 70 para promover una marca de productos que te hacían adelgazar. ¿Por qué? Porque dijo que no los consumía y que su delgadez era genética. Todavía vive (tiene 94). Pero esa raza ya no se reproduce más.»

Para seguir argumentando y debatiendo también los invito a que lean lo que publicó Alfredo Sainz en La Nación de este domingo o bien el informe de Infobae.