«Te vende un R12». La expresión popular entraña un elogio al tesón y la habilidad para comercializar algo, aunque en un contexto más ligado a la viveza criolla que a la meritocracia nórdica.
Viene de la época en que el popular auto de Renault había sido desde hace un tiempo discontinuado y era uno de los usados más ofertados y por lo tanto «colocarlo» era un desafío en sí. La frase también es un pasaporte para ingresar a un mundo de verdades a medias, o mentiras, de manipulación de datos combinada con cierto arte de persuasión, border encantador de serpientes.
Se trata del mercado de autos usados, donde como en ningún otro lugar pagan justos por pecadores y por lo tanto «no debe haber profesión o tipo de persona con peor estigma y que genere más desconfianza que el vendedor de ese rubro, sea particular o concesionario y no siempre es justa esa apreciación «, asume Lucas Abriata, uno de los fundadores de Motortale, un servicio online que, al adquirirlo en forma sencilla y con apenas una serie de clics, proveerá casi al instante información valiosa y en un solo lugar, sobre un vehículo usado antes de concretar la operación.
Motortale funciona en forma sumamente fácil. Desde el punto de vista del comprador de un usado, antes de la operación que va a concretar sólo tiene que entrar a la página web de www.motortale.com y cargar en un simple campo de búsqueda los datos de la patente del vehículo que quiere adquirir. Inmediatamente el sistema le devolverá una determinada cantidad de «eventos», una expresión que podría traducirse como cualquier «punto» específico, por pequeño que sea, de la vida del auto indagado: podría registrar una multa o varias, en cada caso con detalles sobre su gravedad; siniestros, también clasificados por su envergadura; pero también podrían visualizarse reportes de mantenimiento, sea de la VTV o de su ingreso a talleres; un cambio de aceite con el kilometraje cantado en el momento; sí fue objeto de una instalación de equipos de GNC; si fue taxi o tuvo tal o cual desperfecto o cambio de repuestos, entre algunos ejemplos.
El reporte sólo se compra si el vehículo registra como mínimo «un evento». En ese caso, el interesado, al constatar gratuitamente si tiene «eventos», lo adquiere, si lo desea, mediante el pago de menos de 1000 pesos y, tras esta sencilla operación, recibirá un correo electrónico con un informe en pdf.
Un informe donde se transparentan e comunican distintos eventos con información clasificada de la siguiente manera: en la sección «problemas frecuentes» se podrían encontrar, por ejemplo, descripciones tales como «este vehículo ha sido sujeto a revisión por fallas en los airbags; verificar que la reposición se haya realizado correctamente»; entre los pros, si los tiene, el vehículo del ejemplo, un Toyota Corolla modelo 2015, presenta «bajo costo de mantenimiento y alta confiabilidad general».
En otros ítems del informe pueden surgir datos como «no se ha reportado al vehículo como participante de eventos en autódromos u otras competencias», o sea no anduvo en «picadas», pero también podría aparecer, como en este caso, una señal llamada «bandera amarilla», porque se trata de un «vehículo reportado con instalación de GNC» y, vade retro, el aviso de «bandera roja», que trata de un auto «reportado como taxi habilitado en la Ciudad de Buenos Aires».
Además, bajo la advertencia de «bandera amarilla», este «vehículo registra una deuda» de tantos miles pesos «de patentes con ARBA» y la temida bandera roja que, en el «siniestro reportado», se informó un «daño severo reportado en la parte trasera», por dar un paneo del tipo de información que puede incluir el informe.
Otro capítulo está dedicado al mantenimiento, donde pueden llegar a figurar hasta los cambios de aceite, historial de VTV, un cambio de embrague, el kilometraje reportado en cada uno de esos eventos, para que no le vendan gato por libre con la manipulación del contador y luego un informe de «conclusiones», donde se contextualizan los datos y se los interpreta: aquí se dirá, como en el informe modelo, que el dato de la instalación de un equipo de GNC puede «indicar severo desgaste mecánico» o, como la «existencia de multas severas», aunque pocas, pueden indicar «un uso más exigido para la distancia recorrida».
El informe Motortale es, sin embargo, breve, objetivo y taxativo. Llega en una presentación gráficamente amigable, basta un vistazo para tener toda la información, en segundos.
«En MOTORTALE contamos con millones de registros de fuentes confiables. Un MOTORTALE puede darte desde datos concretos sobre el pasado de un auto (su historial de mantenimiento, kilometraje, si fue taxi o si estuvo involucrado en un accidente) hasta pistas que te ayuden a determinar qué tan cuidado fue; como multas, modificaciones estéticas o mecánicas, si fue empleado como auto de pruebas o participó de picadas o competencias en autódromos entre muchísimas cosas más. Contar con información adicional sobre un vehículo reduce el riesgo de que el auto no sea tal y como te lo esperabas», formalizan desde la página web.
Lucas Abriata fundó Motortale en sociedad con Tomás Galuccio y Tomás Venturo. Los tres rondaban los 22 años cuando lanzaron la iniciativa, que vio la luz en marzo de este año y para la que invirtieron u$s 5.000 y con la que proyectan facturar u$s 120.000 anualizados para marzo de 2020.
Los founders de Motortale destilan pasión por lo que hacen. Se nota cuando se ponen a enumerar los hitos de la corta e intensa historia de la startup que crearon. No eligen ni saltos en la facturación, ni tal o cual cantidad de nuevos clientes: «Recuerdo cuando con un informe logramos evitar que un comprador compre un auto que claramente estaba siniestrado. Era un Audi A3 que había tenido un vuelco en 2017 sobre una acequia que no sólo lo había destruido si no que el interior se había llenado de barro e inundado. En 2019, ese A3 se estaba vendiendo en ‘excelente estado’. Otro ejemplo que nos marcó es el de un Honda Civic que sabíamos que en el año 2016 ya tenía 170.000km. El comprador no paró de agradecernos, se lo querían vender como si tuviera tan solo 90.000».
Motortale no solo es funcional al comprador, sino que busca ser una herramienta que otorgue confianza al vendedor de autos usados que hace bien las cosas.
«También pensamos Motortale para los vendedores; porque en realidad hay muchos que trabajan muy bien y realmente son muy honestos», señala Abriata y explica que, para quien quiera desprenderse de un vehículo, «mostrar el Motortale a un potencial comprador es una señal de confianza de que no tenés nada que ocultar». De la misma forma, «si un comprador ve que el vendedor no le quiere ofrecer el informe en ninguna situación, se puede intuir que hay algo raro y que algo que está tratando de esconder, de que no aparezca en ese informe». Mostrarlo directamente agrega valor al vehículo.
Un dato clave es que todos los Motortale vienen con un código QR para que el interesado lo pueda escanear y confirmar su validez. Así, es imposible para un vendedor mostrar datos que no estén en el informe original.
Motortale llega a un mercado de autos usados de larga tradición en la Argentina, dinámico, complejo y vasto, pero que justo se encuentra en una fase en la que está experimentando cierta reactivación, como contracara de la disparada de los precios de los cero kilómetros, por el contexto de crisis inflacionaria e inestabilidad cambiaria. La Cámara del Comercio Automotor (CCA) informó que en el mes de julio se vendieron 166.401 unidades, una suba del 36,87% comparado con el mes de junio (121.574 unidades). Si se los compara con julio de 2018 (153.219 unidades) el crecimiento llegó al 8,60%. En el período enero-julio 2019 se comercializaron 980.560 vehículos, una baja del 4,57% comparado con igual período de 2018 con 1.027.544 unidades. Hoy se venden 3 veces más autos usados que 0km.
En la Argentina, Motortale es un desarrollo inédito, prácticamente no se tienen antecedentes de la existencia de similares en la región. Algo parecido, aunque no tan integral, se puede hallar en Estados Unidos, con los servicios Carfax y Autocheck.
Los fundadores de Motortale son sensibles al hecho de que la compra de un auto está entre las dos compras más grandes que pueda hacer una persona, «por eso están tan importante elegir bien», advierten.
Esa constatación está en la base de su filosofía y de la ética que los guía: «Los compradores suelen no tener mucho más que la palabra del vendedor en cuanto a la información que respecta al pasado de un vehículo. Esto genera un mundo lleno de vendedores deshonestos que buscan aprovecharse de compradores incautos y al mismo tiempo no permite que los vendedores honestos demuestren que están diciendo la verdad».
«Pienso que el mercado de autos usados debería ser muchísimo más transparente», refuerza Abriata.
Por su parte, Tomás Galuccio, se concentra en subrayar la relación de lo que hacen con el emprendedorismo, cuando, entre los logros desde que nacieron, destaca el hecho de «poder mostrarnos al mercado como tres emprendedores jóvenes pero serios». Y cómo «haber trabajado en un gran lugar previo a Motortale y haber tenido que renunciar para dedicarme full time a Motortale fue toda una experiencia y logro personal. También poder ver el impacto de mi trabajo, en ambos lugares».
Tomás Venturo, el otro socio, lo define así: «Emprender no se compara con nada, y lo aprendido en estos meses lo demuestran».